En el mes de noviembre se cumplen 2 años de la apertura del Museo del Carnaval.
A principios del año 2005 abrimos la puerta de un viejo galpón de la Rambla Portuaria para deslumbrarnos por la inmensidad del espacio y preguntarnos como se haría un museo en ese lugar sin contar con los fondos y las voluntades necesarias.
En ese momento éramos pocos los que pensábamos que un Museo del Carnaval era posible y quizás menos los que soñábamos en transformar un galpón abandonado en un museo que reflejara la identidad cultural del Uruguay.
Cómo experimentados escultores empezamos a tallar aquella roca y de a poco comenzaron a caer paredes, a taparse agujeros y descubrirse empedradas calles inexistentes. Las carpinterías se transformaron en cafeterías, las habitaciones deterioradas dieron lugar a salones de exposiciones y de los viejos estacionamientos ya no hay rastros.
En noviembre de 2005 se inauguraron las obras, en el 2006 llegó la apertura, en el 2007 nos acompañaron cerca de 50.000 personas y finalmente en este presente de 2008, cuando ya hemos pasado las 100.000 visitas y hemos incorporado el galpón vecino y proyectando la futura Plaza del Carnaval, podemos comprobar que soñar sigue siendo posible.
Si soñar un Museo del Carnaval fue una locura en sus inicios, ya no lo es el sueño de convertirlo en un referente cultural que acompañe al desarrollo de la ciudad y del país.
Hoy el sueño sigue siendo posible porque ahora somos más los soñadores y siempre vale la pena esforzarse para que se realicen los sueños compartidos.
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